Las mujeres chipayas tienen el cabello trenzado en cientos de trenzas delgadas, que caracterizan la identidad del grupo. Todas son hábiles trenzadoras: generalmente dos o cuatro mujeres arreglan a otra, por turnos, utilizando un peine hecho de fibras naturales. Tradicionalmente las mujeres se lavaban el cabello con la saponina de la quinua o con una sustancia salada que proporciona la tierra en la temporada seca. También adornan su cabello con lauraques, flecos de lana de color o pendientes de metales preciosos, como una especie de bolillas.