Dunas

Las dunas son acumulaciones de arena. El viento forma las dunas, y también hace que se muevan. En el territorio chipaya la mayor concentración de dunas se encuentra en los alrededores de Ayparavi.

En Chipaya se encuentran hermosas dunas de arenas, blancas y rojas. Las dunas rojas están ubicadas en el ayllu de Ayparavi y tienen un valor agrícola más que paisajístico. De hecho, los Chipayas manejan las dunas desde hace milenios, lo que ayuda especialmente en la producción de quinua.

En el noreste del territorio del Municipio Autónomo Indígena de Chipaya existe una gran cantidad de dunas de arena formadas por la erosión eólica, debido a los fuertes vientos con dirección oeste-este en esa región del Altiplano central. Las dunas de arena de diverso tamaño son parte del paisaje natural de los ayllus Uru Chipaya Ayparavi y Manasaya y representan fascinantes recursos de atracción turística, tanto por constituirse en miradores naturales de los inmensos paisajes del Altiplano, como por su interacción con la gestión territorial de la nación Uru Chipaya que, por cierto, cuenta con técnicas para la creación, retención y orientación de dunas de arena, así como para adaptar sistemas productivos agrícolas ligados a estas acumulaciones de arena.

Este tipo de manejo de dunas es inédito para la producción agrícola. Por generaciones se han usado combinaciones, a menudo ingeniosas, de prácticas de manejo y técnicas particulares adaptadas de forma local, que reflejan la evolución de la humanidad y su profunda armonía con la naturaleza. El resultado es, no solamente belleza estética extraordinaria, mantenimiento de la biodiversidad agrícola de importancia mundial, ecosistemas resilientes y herencia cultural valiosa, sino, sobre todo, la provisión sustentable de alimentos para la seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia para pequeños campesinos.

Es posible disfrutar de paseos (a pie o en vehículos) por las dunas de arena, desde muy temprano en la mañana hasta pasado el mediodía, alrededor de las tres de la tarde. Después de esa hora se desatan fuertes vientos y tormentas de arena, que si bien podrían constituir experiencias únicas para los turistas, también pueden obstaculizar las actividades turísticas al aire libre.