El lameo es una práctica que consiste en inundar la superficie que está destinada a la siembra de quinua, creando espejos sugerentes de agua y un entorno favorable para la flora acuática, con consecuencias positivas. La inundación de los campos es posible gracias a una densa red de canales, que se ejecuta de forma periódica o permanente por el agua que fluye desde los ríos Lauca y Barras. Los canales llevan el agua del río a los campos y, a través de una serie de pequeñas represas, barreras y aberturas llamadas chacuas, se dirigen hacia la superficie elegida para la siembra de quinua, donde permanece durante un mes o más. El canal se deja abierto todo el tiempo, de modo que el agua no se estanque, sino que se recicla lentamente. Después de este período, el canal se cierra y el agua se filtra lentamente hacia abajo, dejando primero un terreno pantanoso hasta uno listo para sembrar. El tipo de agricultura se remonta a barbecho, desde la tierra donde se cosecha la quinua, reaparece la vegetación espontánea de la pradera, se deja pastar durante los próximos tres o cuatro años, durante los cuales se hace el lameo. El período de inundación ocurre principalmente durante la temporada de lluvias, y durante los meses de mayo y junio, donde ejerce un propósito adicional, a saber, la congelación del suelo y de las malezas.